Seguimos haciendo un abordaje 360 del cáncer de mama, y por eso el episodio 75 está dedicado al cáncer de mama y nutrición.

Aprender a comer de forma sana y equilibrada desde pequeños significa ganar en salud. No existe ni un sólo alimento que por sí mismo sea capaz de aportar todos los nutrientes necesarios para un buen funcionamiento del organismo, de ahí la importancia de seguir una alimentación variada para evitar carencias nutricionales. El proceso de la digestión implica que los alimentos son descompuestos en macronutrientes y micronutrientes.

Macronutrientes

Los macronutrientes se denominan así porque nuestro cuerpo los necesita en mayores cantidades. Son 3

Hidratos de carbono

Los hidratos de carbono son nutrientes fundamentalmente energéticos (al descomponerse aportan al organismo la energía necesaria para el mantenimiento de sus funciones) y tenemos que diferenciar entre simples y complejos.

Hidratos de carbono simples

Los hidratos de carbono simples son de absorción rápida y podemos encontrarlos en frutas, verduras y hortalizas, leche y derivados lácteos, y alimentos procesados y refinados. Los hidratos que provienen de frutas, verduras y hortalizas, y lácteos aportan vitaminas y minerales, los hidratos de carbono presentes en productos refinados o procesados aportan calorías vacías.

Hidratos de carbono complejos

Los hidratos de carbono complejos (almidones) son de absorción lenta y aportan gran cantidad de fibra, así como vitaminas y minerales. En este grupo encontramos legumbres (lentejas, guisantes, alubias, garbanzos, etc.), verduras y hortalizas, tubérculos ricos en almidón (patata, maíz, judía verde, etc.), y panes y cereales integrales (arroz integral, harina integral, pan integral, etc.). Estos son los que se recomienda elegir a la hora de elaborar una dieta sana y equilibrada, junto con las frutas.

Proteínas

Son nutrientes fundamentalmente estructurales (forman parte y reparan los daños de las células, tejidos y órganos). Existen 2 grandes grupos, las de origen animal, las más parecidas biológicamente a las nuestras, y las de origen vegetal.

Debemos aprender a elegir cuales son las mejores fuentes de proteínas; las mejores serían pescado, carnes magras (pechuga y muslo de aves, lomo de cerdo, pierna de cordero, solomillo de ternera, etc.), lácteos, huevos y vegetales ricos en proteínas como la soja, a la cual dedicaremos especial atención a la hora de hablar de nutrición y cáncer de mama.

Grasas

Las grasas son nutrientes estructurales y energéticos. Es importante distinguir entre grasas saturadas, menos saludables, y grasas insaturadas, saludables, con beneficios importantes en el organismo. Ejemplos destacables de grasas saludables son: aceite de oliva virgen extra, frutos secos tostados o al natural, aguacate, salmón y pescados azules, entre otras.

Micronutrientes

Otro grupo de nutrientes esenciales, pero que el organismo necesita en menor cantidad, son los llamados micronutrientes (vitaminas y minerales).

Vitaminas y minerales

Tienen función estructural y reguladora, controlan las reacciones químicas del organismo, pero no aportan energía. Son imprescindibles para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, ya que a nivel celular intervienen en numerosos procesos. Son fuentes de vitaminas y minerales son las frutas, verduras y hortalizas, pero también otros alimentos como las legumbres, el pescado, los lácteos, productos integrales, la carne y los huevos.

Comer, pero con cabeza

En general, una buena alimentación consiste en incluir, en cada comida, la cantidad necesaria de alimentos y nutrientes que requiere nuestro cuerpo para mantener la salud y estar repletos de energía. Comer bien implica seleccionar adecuadamente los alimentos, y para ello es imprescindible saber:

  • Qué alimentos se debe consumir diariamente: derivados de cereales y patatas, verduras, hortalizas, frutas, leche, derivados lácteos y aceite de oliva virgen extra.
  • Frutas y vegetales deben componer la parte principal de la dieta.
  • Elegir alimentos ricos en fibra: granos enteros (pan integral, pasta integral, trigo entero, quinoa, arroz integral, etc.), legumbres, verduras y hortalizas, y frutas.
  • Alternar alimentos como legumbres, pescados, huevos y carnes magras bajas en grasa, a lo largo de la semana.
  • Realizar al menos 5 comidas al día distribuidas en desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena.
  • No dejar pasar más de 2-3 horas entre una comida y otra.
  • Es fundamental mantener una adecuada hidratación consumiendo principalmente agua, infusiones y caldos con bajo contenido en sal.
  • Consumir de manera ocasional carnes grasas, y evita el consumo de pastelería, bollería industrial, refrescos y azúcares.
  • Moderar o limitar el consumo de bebidas alcohólicas, optando en todo caso por bebidas fermentadas de bajo contenido alcohólico (vino, cerveza, cava o sidra).
  • Complementar estos consejos nutricionales con ejercicio físico diario.

Consejos nutricionales antes, durante y después del tratamiento del cáncer de mama

Al afrontar un cáncer de mama hemos de considerar la nutrición como una parte importante del tratamiento; seguir una alimentación adecuada antes, durante y después de los tratamientos ayuda a tolerarlos mejor y sentirse más fuerte.

A menudo, las personas con cáncer tienen necesidades nutricionales diferentes y sus hábitos alimenticios se pueden ver modificados por una serie de factores.

  • Los factores emocionales cómo la ansiedad, tristeza, impotencia, rabia, etc., pueden influir en la alimentación del paciente.
  • Los tratamientos oncológicos pueden provocar efectos secundarios que causan problemas para comer y que disminuyen el apetito y cambian las propiedades organolépticas de los alimentos.
  • El cansancio o la fatiga continua, debida a los tratamientos o a la propia enfermedad, puede repercutir a la hora de mantener una alimentación adecuada.

Cada vez hay más estudios que demuestran el efecto protector de la dieta mediterránea frente a todos los tipos de cáncer de mama. La dieta mediterránea es una dieta basada en pescado, verduras y hortalizas, frutas, legumbres, patatas cocidas, aceitunas y aceite de oliva virgen extra.

Antes del tratamiento

Es importante consultar al oncólogo todas las dudas que plantee la enfermedad y el tipo de tratamiento, los posibles efectos adversos que pueden aparecer y cómo afrontarlos.

Con una alimentación adecuada previa a iniciar los tratamientos conseguimos aumentar las reservas nutricionales necesarias para mantener la energía y reducir los efectos secundarios.

Durante el tratamiento

Es importante alimentarse bien e hidratarse bien durante el tratamiento.

Tips para una buena alimentación durante el tratamiento

  • Dieta mediterránea
  • Organizar la ingesta diaria en 5-6 comidas, respetando los horarios de tu preferencia, recordando que no deben pasar más de 2-3 horas entre una y otra comida, siempre que sea posible.
  • Optar por porciones pequeñas de elevado contenido nutricional, enriqueciendo los platos con proteínas y/o grasas saludables, y que sean fáciles de digerir.
  • Utilizar técnicas sencillas de cocina, eligiendo preferiblemente horno o vapor, evitando fritos y parrilla.
  • Consumir diariamente 5 raciones entre fruta, verdura y hortalizas.
  • Beber al menos 2 litros de líquido al día, preferiblemente agua
  • Adaptar la preparación y la presentación de la comida a las necesidades de cada momento.
  • Realizar las comidas en un ambiente tranquilo y agradable, respetando la sensación de plenitud o cansancio que puedas experimentar en algunos momentos, y recordando que en esas situaciones puedes optar por pequeñas porciones, en platos pequeños y con alta densidad nutricional (enriquecer comidas con proteínas y grasas saludables).

Situaciones especiales

Durante el tratamiento pueden aparecer situaciones especiales como la pérdida del apetito, cansancio, náuseas, vómitos, sabor metálico, pérdida ó aumento de peso.

Pérdida de apetito, cansancio y falta de energía

Consejos

  1. Realizar comidas de menor cantidad, pero con mayor frecuencia.
  2. Aprovechar para comer en los momentos que tengas mayor apetito.
  3. Aumentar la densidad nutricional de tus platos enriqueciéndolos con huevo duro, legumbres, pollo, frutos secos, leche en polvo, queso rallado o en polvo, etc.
  4. Consumir alimentos de elevada densidad energética como pasta integral, arroz integral, lácteos enteros, frutos secos, compotas de frutas, fruta en almíbar, etc.
  5. Tomar pequeños sorbos de líquidos durante las comidas para evitar sensación de saciedad precoz. Mejor bebe los líquidos antes y después de las comidas.
  6. Adaptar la textura de las comidas a tus necesidades para evitar la fatiga.

 Evita

  • Alimentos desnatados y bajos en calorías.
  • Alimentos azucarados si se siente mucho cansancio o falta de energía. Estos provocan un estímulo de acción rápida que desaparece en poco tiempo y hará que se sienta más cansancio.

Náuseas y/o vómitos

Consejos

  1. Realizar de 6 a 8 comidas pequeñas al día y come lentamente masticando bien los alimentos.
  2. No elegir alimentos que tengan un olor o sabor fuerte.
  3. Al levantarse, y varias veces al día, consumir alimentos secos como pan tostado, galletas, cereales, etc., ayuda a disminuir las náuseas.
  4. Los alimentos deben consumirse a temperatura ambiente o fríos.
  5. Tomar líquidos fuera de las comidas; las bebidas gaseosas a pequeños sorbos pueden favorecer la digestión
  6. Realizar las comidas en ambiente tranquilo y libre de olores.
  7. Después de las comidas descansar en posición incorporada.
  8. Si se se está vomitando recuerdar la importancia de una correcta hidratación a base de líquidos a pequeños sorbos y frecuentemente. Si los vómitos no se controlan se debe consultar a tu médico

Evitar

  • Olores fuertes y desagradables.
  • Comer y beber en las 2 horas previas a una sesión de tratamiento para disminuir la distensión en el estómago que pudiera provocar náuseas o vómitos cuando se inicie la sesión.

Diarrea

Consejos

  1. Beber mucho líquido, agua, infusiones, caldos desgrasados de arroz o zanahoria, etc., para reponer las pérdidas.
  2. Tomar verduras y hortalizas cocidas como zanahoria, calabacín, judías verdes y champiñones.
  3. Dividir las comidas en tomas más pequeñas.
  4. Tomar la fruta sin piel, cocida, en almíbar, etc.: plátano maduro, manzana, membrillo, etc
  5. Utilizar técnicas de cocina sencillas como vapor, horno, hervido o plancha.
  6. Consumir bebidas y alimentos a temperatura ambiente, evitando temperaturas extremas
  7. Si en 24 horas la diarrea no cede o empeora, consultar al médico

Evitar

  • Alimentos ricos en fibra insoluble: alimentos integrales, legumbres, frutos secos, verduras y hortalizas (excepto las que hemos nombrado anteriormente: zanahoria, calabacín, judías verdes y champiñones) y fruta con piel.
  • Café, té (puedes tomar café y té descafeinado), chocolate, comida picante, leche, quesos grasos, carne roja, repostería, helados, mermeladas, conservas, caramelos y en especial los mentolados que contengan manitol, xilitol y sorbitol, por su efecto laxante, bebidas alcohólicas y refrescos.

Estreñimiento

Consejos

  1. Asegurar el aporte de fibra diario a través de verduras y hortalizas, legumbres, productos integrales y frutas. Muy recomendados el kiwi, la naranja y las ciruelas, por su alto contenido en fibra.
  2. El aceite de oliva virgen extra es un buen aliado que se debe incluir en la dieta.
  3. Tomar al menos 2 litros de líquido al día en forma de agua, zumos naturales, caldos o infusiones.
  4. Añadir salvado de avena o de trigo puede aumentar el contenido de fibra de tus platos.
  5. Algunos medicamentos pueden provocar estreñimiento

Evitar

  • Alimentos astringentes como arroz blanco, plátano, manzana, etc.

Aftas, irritaciones y heridas en las comisuras

Consejos

  1. Puede ir acompañado de dolor intenso que dificultará la ingesta, por lo que se debe consultar a tu médico para solucionar esta situación en primer lugar; puede ayudar tomar un poco de hielo o polos de sabores no ácidos.
  2. Tomar pequeñas comidas de forma frecuente, basadas en alimentos con alta densidad calórica, como pueden ser natillas, flan, helado, arroz con leche, yogur, etc.
  3. Tomar las comidas a temperatura ambiente o fría.
  4. Elegir alimentos suaves y cremosos, verduras y hortalizas cocidas, purés, cremas, sopas espesas, quesos tiernos, yogures, natillas, flanes, huevos, etc
  5. Procesar los alimentos con la batidora si es necesario para facilitar la ingesta.
  6. Enriquecer las comidas con proteínas para acelerar la recuperación: pollo, claras de huevo, queso rallado, etc.
  7. Beber agua y batidos a base de leche y frutas no ácidas (manzana, pera, etc.).

Evitar

  • Alimentos a temperaturas muy calientes.
  • Bebidas alcohólicas y tabaco, irritan más la mucosa, que es el tejido que se encuentra dañado.
  • Alimentos agrios, salados, ácidos o picantes.

Boca seca

 Consejos

Para favorecer la producción de saliva:

  1. Ingerir alimentos ácidos: zumos, helados o sorbetes de limón, naranja, mandarina, fresas, etc.
  2. Utilizar chicles o caramelos sin azúcar
  3. Preparar alimentos añadiendo salsas, caldo, zumos, leche, etc. para lograr consistencias blandas y jugosas que faciliten su deglución.
  4. Aumentar el consumo de líquidos, mejor fuera de las comidas.

Evitar

  • Alimentos a temperaturas muy frías o muy calientes.
  • Condimentos picantes
  • Galletas, patatas chips, frutos secos, etc
  • Alimentos con azúcar, ya que esto sumado a la falta de saliva aumentará el riesgo de caries dental.

Disminución del sabor

Consejos

  1. Utilizar sustancias que potencien el sabor de los alimentos: especias (pimienta, comino, canela, curry, azafrán, etc.), hierbas aromáticas (tomillo, romero, orégano, eneldo, albahaca, etc.), y sal.
  2. Emplear técnicas de cocina que aumenten el sabor de las comidas, como asado, plancha, guiso, estofado, etc.

Sabor metálico y pérdida del olfato

 Consejos

  1. Los enjuagues con bicarbonato antes de las comidas pueden disminuir el sabor metálico ayudando a saborear más las comidas, así como los caramelos y chicles de limón o menta. Utilizar cubiertos de plástico puede disminuir igualmente dicho sabor metálico.
  2. Consumir alimentos con sabores menos desagradables, potenciando los sabores dulces en las comidas (salsas de frutas, bechamel, etc.).
  3. Aprovechar las horas en que se tenga más apetito, siendo flexible con los horarios de las comidas.

Evitar

  • Carnes rojas por su sabor metálico (reemplázalas por aves, pescados, huevos o quesos) y alimentos con sabores muy fuertes.
  • Temperaturas extremas, ya que disminuyen el sabor de los alimentos.
  • Alimentos que desprendan olores fuertes, cebolla, coliflor, café, etc.
  • Cocinar o permanecer en el ambiente de preparación de las comidas.

Aumento de peso

 Consejos

Consulta siempre con el oncólogo antes de seguir una dieta.
  1. Reducir el tamaño de las porciones, utiliza el “método de la mano” y “método del plato”.
  2. Verduras y hortalizas, productos integrales, legumbres, pescado y frutas deben ser la base de la alimentación.
  3. Elegir productos lácteos con contenido reducido en grasa, desnatados
  4. Limitar el consumo de grasas saturadas y azúcares refinados.
  5. Cocinar al horno/microondas, al vapor, hervido o a la plancha.
  6. Utilizar poca sal a la hora de cocinar.
  7. Ejercicio físico.

Pérdida de peso

Consejos

  1. Programar un horario de comidas, 5-6 al día, y aliméntate aunque no tengas apetito; durante el tratamiento es fundamental que estés bien nutrida. Todo esto favorecerá una mejor calidad de vida.
  2. Consumir alimentos ricos en proteínas y grasas saludables.
  3. Si no se tiene apetito por alimentos sólidos preparar batidos con leche, zumos, cremas, sopas, etc. y enriquecerlos nutricionalmente con proteínas y/o grasas saludables (huevo, queso rallado o queso crema, aceite de oliva virgen extra, etc.).

Después del tratamiento

La alimentación saludable y la actividad física después del tratamiento también son muy importantes, mientras te recuperas y afrontas la enfermedad. Los efectos adversos de los tratamientos suelen desparecer una vez finalizados los mismos, pero en ocasiones algunos de ellos pueden persistir. Seguir una alimentación sana y equilibrada ayudará a recuperarte de las secuelas de los tratamientos y disfrutar de una mejor calidad de vida.

Curiosidades y mitos

Existen ideas generalizadas sobre ciertos alimentos y su relación con el cáncer.

¿Puedo tomar soja si tengo cáncer de mama?

La soja es un alimento beneficioso siempre que su consumo sea moderado, 1-3 raciones al día, y sean alimentos con buena fuente de proteína de soja, como por ejemplo el tofu, las bebidas lácteas de soja o la soja en brotes; sin embargo, en pacientes que se encuentran en tratamiento con hormonoterapia o quimioterapia de tipo taxanos debe eliminarse su consumo.

¿El consumo de carnes rojas produce cáncer de mama?

No existen datos concluyentes sobre si el consumo de carnes rojas aumenta el riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, sí se ha demostrado que la forma de cocinarlas puede influir en el desarrollo de cáncer. Cocinar a la parrilla provoca que al entrar en contacto la grasa de la carne con el fuego se formen una serie de compuestos que ingeriremos con la carne, y que pueden contribuir al desarrollo de algunos tipos de cáncer. La opción más saludable sería cocinar este tipo de carne en forma de guisos o a la plancha a fuego medio.

¿Los edulcorantes provocan cáncer de mama?

Muchas personas han eliminado el consumo de edulcorantes por la falsa creencia de que estos producen cáncer. Los supuestos efectos cancerígenos de los edulcorantes nunca se han demostrado en humanos a pesar de numerosos estudios, por ello el uso de edulcorantes está reglamentado y es seguro. Recuerda siempre optar por edulcorantes naturales como la estevia, moderando el consumo de edulcorantes artificiales (sacarina, aspartamo, sucralosa, etc.).

¿Qué beneficios tiene el aceite de oliva virgen extra (AOVE) en el cáncer de mama?

Todos conocemos los efectos beneficiosos del aceite de oliva virgen extra, en crudo, el producto estrella de nuestra dieta mediterránea. Contiene ácido oleico, un ácido graso omega 9 con efectos saludables (es antiinflamatorio, previene enfermedades cardiovasculares, etc.). Recientes estudios de la Universidad Autónoma de Barcelona han demostrado cierto efecto protector sobre el cáncer de mama, ya que podría prevenir la enfermedad y disminuir la agresividad de los tumores que ya se han desarrollado.

¿Por qué debo evitar el consumo de pomelo si tengo cáncer de mama?

A pesar de aportar beneficios por su poder antioxidante, debemos tener precaución con el consumo de esta fruta, ya que reduce una enzima (proteína que regula reacciones químicas del metabolismo) que ayuda a eliminar los fármacos del organismo. De esta forma, puede aumentar la concentración del medicamento en sangre y provocar efectos no deseados graves. El pomelo puede interactuar con algunos fármacos utilizados para tratar el cáncer de mama, entre ellos docetaxel, tamoxifeno, exemestano y letrozol. Estos efectos no se han observado con otras bebidas cítricas como la naranja o el limón.

¿Existe alguna dieta para curar el cáncer?

En este punto queremos insistir que no existe dieta ni alimento que pueda curar el cáncer. Sí podemos hablar de factores preventivos aportados por hábitos saludables y dieta sana-variada- equilibrada, como el patrón alimentario de la dieta mediterránea. Estudios recientes han demostrado que seguir este tipo de dieta podría reducir hasta en un 30 % el riesgo de desarrollar cáncer de mama, reduciendo también el riesgo de otros tipos de cáncer. Además, una vez desarrollada la enfermedad, seguir una dieta saludable y equilibrada puede ayudar a prevenir recaídas y a tolerar mejor los tratamientos, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Aceite de oliva virgen extra, pescado, verduras y hortalizas, frutas, legumbres y lácteos son el eje principal de esta dieta, tan beneficiosa para nuestro organismo, que debemos aprender a utilizar como herramienta de salud.

Para terminar recordar esta frase

Quien come con cordura, por su salud procura

Nos leemos en el siguiente post